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15 mayo 2008

Las dos caras de las dos monedas: Gasol y Calderón

Artículo de Ignacio López

Esta temporada Gasol y Calderón han sido las dos cabezas visibles del baloncesto español en la NBA. Los demás o bien andan lesionados, o chupan banquillo, o juegan en equipos tan malos que se salen del radar. Veamos sus últimas andanzas.

GASOL: En un agudo comentario a la última entrada de esta bitácora, Enrique señala que ya a las casi 7,30 de la mañana, hora española, apareció un Pau Gasol que decidió el partido con dos jugadas brillantes. Para Enrique (como para los demás) fue una sorpresa: “La verdad es que fue sorprendente dado que en la segunda parte no anotó canasta ninguna y las sensaciones que trasmitía eran de cansancio y un poco de frustración ante Okur”. Este tipo de jugadas, concluye Enrique, elevaría a Gasol a la categoría de gran estrella de la NBA en vez de quedarse en sólo un buen jugador.

En efecto, anoche vimos las dos caras de la moneda: un primer cuarto en el que Gasol se convirtió de nuevo en el hombre invisible y un segundo cuarto en el que dominó. Vuelve a desaparecer en la segunda parte y ya casi al final del partido resurge de sus cenizas. Se podría argüir, en su defensa, que si juegas de pívot, no puedes hacer mucho si los bases y aleros no te la pasan. Sí, pero hay una cosa que ya señalamos en la entrada anterior, que es el lenguaje corporal: a veces pueden pasar seis o siete jugadas sin que Gasol pida la pelota una sola vez; parece, por el contrario, que se contenta con hacer pantallas para sus compañeros de equipo.

De hecho, por aquí se le ha elogiado esa actitud: se preocupa por la victoria de su equipo en lugar de por sus números individuales. Gracias a eso, insisten, se ha acoplado bien y no habrá piques como los que tenía Kobe con Shaq. Algo de verdad hay en eso, pero si quieren ganar el anillo este año, Gasol tiene que ser mucho más agresivo en ataque: como en el segundo cuarto (no como en el primero) y como en los últimos minutos del último cuarto (no como en el resto del mismo). Por cierto, que lo mismo ha leído la última entrada esta bitácora, porque por fin se decidió a entrar al rebote en ataque, ja, ja…

Era obvio que la altura de Gasol y de Odom frustraron bastante a Carlos Boozer en ataque, pero ¿no debería estar pasando lo mismo al otro lado de la cancha? Gasol es mucho más alto que Boozer (me entra la risa con este apellido—significa algo así como borrachín—) y también que Okur. Otro problema que, en mi opinión, tiene Gasol es el mismo que el que tiene Chris Bosh, el compañero de Calderón en los Raptors: les faltan horas de gimnasio. Hubo momentos anoche en que Boozer zarandeaba a su gusto a Gasol y no sé cuantas veces acabó Pau en el suelo. Me comentaba Rodrigo en la última entrada que a veces el catalán parece blando: bueno, pues unas cuantas sesiones de pesas este verano no le harían daño.

Gasol está promediando 20.3 puntos, 8.10 rebotes y 4.8 asistencias en los playoffs (anoche, 21 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 4 tapones). Son excelentes números, sin duda, pero aun así, uno se queda con la sensación en muchos partidos de que podría haber hecho más. Obviamente, anoche ayudó el hecho de que la prensa y su entrenador llamaron chupón al MVP, que se jugó todas en la prórroga del partido anterior, y por eso decidió confiar en sus compañeros esta vez (hizo, por cierto, un partidazo con 26 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes, sin ser individualista en absoluto). Pero insisto: si levanta los brazos interminables que tiene, toma buena posición y exige que le pasen el balón, se lo pasarán. Eso sí, tiene que cuidarse de las pérdidas de balón (tiende a perder el equilibrio), porque los Lakers lo están haciendo de pena en ese apartado. De hecho, les pudo costar el partido y, si hubieran perdido anoche, adiós al sueño, porque a los Jazz prácticamente no se les puede ganar en Salt Lake City. De momento, los Jazz han demostrado que podrían ganar en Los Ángeles, si es que hay un séptimo partido.

CALDERÓN: Pasando al otro español visible de la NBA, en otro comentario a la última entrada, Cristina me pregunta qué es lo que pienso de las declaraciones de Calderón, en las que asegura que juegue donde juegue al año que viene quiere salir de titular. A Cristina le sorprende la falta de espíritu deportivo y de compañerismo, pero sospecha, acertadamente creo yo, que por detrás hay probablemente un interés pecuniario. Así es. Calderón está negociando con esas palabras su próximo contrato, que espera que sea mucho mayor que el actual… y la verdad es que por cómo ha jugado este año (especialmente la racha en que andaba lesionado T.J. Ford) se lo merece.

Las declaraciones sorprenden más aún porque tanto la prensa estadounidense como la canadiense lo pintaron como el bueno de la película cuando, el 26 de marzo, voluntariamente le propuso a su entrenador, Sam Mitchell, que Ford saliera de titular para que mejoraran las cosas en el equipo, que por aquel momento no iba muy bien que digamos. La afición canadiense aplaudió el gesto, pero me temo que acaba de estropear esa buena imagen de deportividad (¿es que su representante le está metiendo presión para que hable?).

En cualquier caso, si los Raptors lo han hecho mal en los playoffs, el problema no ha estado, me parece a mí, en la posición de base. Si juntas las estadísticas de Ford y Calderón al final de cada partido, tienes 19 puntos y 16.5 asistencias para esa posición. No está nada mal, ¿no? Si miras sólo los números, en realidad es como tener a Chris Paul de base. Son dos estilos muy diferentes, pero que parecen compaginarse bien.

El problema no es sólo que, en el fondo, tengan celos el uno del otro. Es que ven a Chris Paul o a Deron Williams, que se llevan todos los titulares, y piensan: así podría estar yo. Ahora bien, ni el uno ni el otro son Paul ni Williams. Por ahora, no están a ese nivel ni creo yo que lleguen a estarlo nunca. Tanto se había hablado de la amistad y el respeto mutuo entre Ford y Calderón y de repente, se lesiona Ford y Calderón se da cuenta de que se habla de él en los titulares, que los aficionados lo prefieren a él y la prensa canadiense lo llama Saint José, que se lo elogia, que es el quinto en asistencias de la liga y se siente cómodo con las riendas en la mano. De repente, se le nubla la vista, ¿serán cataratas? ¡No! Son dos símbolos de dólar, un $ en cada ojo. No more Mr. Nice guy, que dicen por aquí. Llega la hora de la negociación de un nuevo contrato.

publicado en El Adelantado de Segovia

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